Se aleja el cormorán de la costa
con sus alas negras sobre el verde
mar que mece tu recuerdo que se agosta
en las letras de ese autor que te pierde.
Mientras el atardecer muere de nostalgia
en la orilla nadan flechas de plata.
Espumas de oro rosa, ramas de acacia,
quien pudiera cabalgaros cual pez de hojalata.
Llevadme lejos, hasta otro horizonte
contigo, mi pasión de estío y, cada día,
del tedio mi escudo y mi soporte.
Yo quisiera naufragar en tus aguas frías,
ahogarme en tu humedad salina,
y llegar flotando a tu costa sombría.
Ser juntos arena, brisa y ave marina.
Carral del Prado.