Ya ha caído la tarde perezosa.
Esta tarde de lluvia de primavera,
qué tiene esta nostalgia rosa
que me lleva flotando a su ribera.
Es una tarde más o una menos,
lenta humedad del morir de los días.
Fundidos en antiguos riscos morenos
de vidas pasadas pero no vacías.
Cae la colina hacia el sendero,
algodonado de versos de arena.
Tú, camino triste de gris febrero
besas distraído la pendiente; sin pena.
Agarra los últimos rayos de sol
con el alma, sí, y con el corazón.
En la memoria, un beso de alcohol,
que escuece en la tarde, sin razón.
Carral del Prado.