Ni por el pico de un pato,
ni el diente de un león,
ni el bigote de un gato
ni la cola de un salmón.
Ni por tanto o cuanto oro,
ni infinita admiración,
ni por todo un mar de ninfas
que me ofrenden sumisión.
Ni por poco ni por nada,
¡Por nada te olvido yo!
Ni con mucho ni con todo
se sacia mi devoción.
No hay bestia en el hondo mar,
ni fiera en la verde selva,
no hay Hombre, ni Estado, ni Guerra,
no hay Waterloo ni Trafalgar,
no hay Héroe, ni Rey, ¡Ni Reina!
no hay Zeus, ni Adán ni Eva.
No hay origen, ni final, ¡Ni mierda!
No hay Dios.
No hay nada ni nadie que pueda
rajarme en las entretelas.
Por ti yo arriesgo el pellejo
y me bato con el diablo.
Por ti no muero hasta viejo.
Y si viejo no veo, no río o no hablo,
no te inquietes.
Por nada te habré olvidado.
Jaime Pérez-Seoane de Z.