Déjate arrastrar alma mía, entre volantes, por el albero.
Que se rasgue mi voz con una guitarra
y que lata mi corazón al ritmo de unas palmas, palmero.
No quiero calmar mi sed si no es con rebujito
en vasito pequeño,helado en su jarra.
Y amanecer entre lunares
contigo, el Guadalquivir y, en frente, Triana.
¡Ay cómo echo de menos mi feria y sus farolillos gitana!
Carral del Prado.