Tan sincero como el amor que te tengo
es tu dulce manera de prohibirlo.
Incompleta impresión de tu mente cercada.
Quimérica percepción de la mía, aturdida.
Tus tiernas promesas de mujer
sirven de pólvora a mi conciencia, callada.
Pólvora mojada, que no sabe arder,
que me condena a fingir que no escondo nada.
(Sólo una, y ni tú, ni yo, la conocemos,
tapada por la inconsciencia,
crédula proyección de la felicidad
que entierra la absoluta verdad)
J S