Tumbado en mi cama, sueño.
Sueño que soy el rey del carnaval que celebra la venida de la felicidad.
Sueño que puedo controlar el tiempo, decidir cuando es noche, y cuando día.
Sueño que vivo de hacer lo que quiero, que me alimenta mi necedad,
sueño, y no duermo,
que no vendí mi alma a cualquiera, que la regalé a quien quería.
Sueño, despierto,
sobre mi catre, con los ojos abiertos.
Sueño, y no duermo,
alimentando al niño que no quiero matar nunca.
J S
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